Epílogo de poca cuenta
Epílogo de poca cuenta
Por. José Enrique de la Rosa Santana.
Poca cuenta
Damocles Rafael Méndez Rosado: figura erudita, humanista, catedrático, historiador y ensayista, dotado de conciencia de clase, perteneciente al selecto y reducido grupo de intelectuales de fino y delicado pensamientos.
Su modo de pensar se expresa mediante su prodigiosa pluma que esputa en líneas excelentes y magistral análisis de ideas capaz de despertar entendimiento en los hombres y mujeres ciego y sin cerebro.
Su elevado pensamiento siempre ha tenido voz “aún cuando pensar era pecado”.
Hoy tal vez esta expresión suene simplistas sin embargo, ayer pensar tenía un costo:
“la muerte”
Por consiguiente hay que reconocer a la luz esta virtud vinculante con los elementos que hicieron posible romper la cadena oprobiosa del silencio impuesto, su lucha por la emancipación del verbo que al lograrse se estableció de nuevo el estado democrático en el que hoy vivimos.
Quienes somos sus amigos deslumbrados por el brillo de su gloria que se exalta en el ambiente civilizado, estimulado tratamos de seguir su ejemplarizadora vida llena de logros que lo distinguen en su orbita social.
Por esto y mucho más su nombre quedara plasmado e inmortalizado. Legado a la posteridad como un rayito del Astro Rey que nos alumbra y alumbrara.
Al respecto no debemos dejar que con nuestro amigo y hermano Damocles, ocurra lo mismo que con la mayoría de seres humanos que después de caer bajo el bisturí o escalpelo forense es que le reconocen sus meritos, emulemos e imitemos a esas instituciones que han elegido la frente de Damocles Méndez Rosado para colocar el merecido brillo de la gloria que irradia la intelectualidad de la que es dueño recibiendo ovación y loa a su nombre
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