Lic. Elías Wessin Chávez , Máxima representación de la Democracia Cristiana en el país, felicito a José Medina por develar el componente anti- sistema electoral de la articulista del HOY, Rosario Espinal. Y sus ataques sin base y subjetivos al PQDC.
En las páginas de opinión del
pasado miércoles 3 de septiembre encontramos un artículo de Rosario Espinal,
donde de golpe y porrazo esta descalifica el sistema de partidos bajo el
argumento insólito de que ella “entiende” que los nombres de los mismos no responden
a su práctica política. ¡Vaya ciencia!
La distinguida articulista, en su
embestida no hace más que reflejar una coincidencia con sectores reducidos de
la sociedad los cuales, siempre que pueden la emprenden contra los actores del
sistema electoral dominicano pretendiendo ignorar que estos son la apoyatura
del sistema democrático.
El origen de los partidos políticos
coincide con el momento en que se produce la participación ciudadana en la toma
de decisiones. Este concepto está ligado directamente al concepto democracia;
imposible hablar de esta sin hablar de partidos, pues estos han sido y siguen
siendo los principales articuladores de los intereses sociales. Solo recordemos
la antigua Unión Soviética, la cercana Cuba y nuestro país entre 1930 y 1961,
casos patéticos de dictaduras extremas. La ausencia de democracia en cada caso
se debió, entre otros factores, a la sola existencia de un partido que evitó la
expresión plural y libre de la diversidad política. ¿Es eso lo que quieren los
enconados e incisivos cuestionadores del sistema multipartidista dominicano?
Si existen instituciones que
legítimamente representan al dominicano son los partidos, su cercanía y
contacto en toda la geografía los diferencian de teóricos y analistas que desde
confortables oficinas aterciopeladas pontifican contra los que con la “manga
arremanga” y pies en el lodo, son voz y oído de las mayorías que cada cuatro
años los validan en las urnas.
El caso nos ocupa como dirigente de
uno de los partidos cuestionados por la articulista, el PQDC. Esta enrostra
nuestro origen “militar” como elemento de descalificación para profesar como
doctrina la democracia cristiana, y aun más, ella asume la “vocería” de
Jesucristo planteando la posición que este asumiría en el caso de estar en nuestro
medio, tipificándonos de “fariseos”, no sabíamos de sus altos conocimientos
teológicos que le otorguen la autoridad de descalificar grupos sociales en
nombre de Cristo!
Tenemos a mucha honra pertenecer a
un partido fundado por un militar de la categoría histórica del General Elías
Wessin y Wessin, que sin el fruto de su participación primigenia de los años
60, la fina politóloga tal vez hubiera tenido que conformarse a escribir sus
ensayos sobre política vernácula desde un exilio al estilo cubano de Miami, o
más de nuestros tiempos, como los venezolanos de la bolivariana y chavista
Venezuela que han tenido que emigrar. Para la licenciada Espinal al parecer,
ser militar riñe con las prácticas cristianas, o acaso no tiene méritos que un
militar del arraigo y liderazgo del Gral. Elías Wessin y Wessin formase un
instrumento de participación política sometiéndose al “campo de batalla” de las
ideas y el debate democrático.
Nuestro partido representa un
segmento de la centro derecha de la sociedad política que en su última
participación electoral le aportó al Bloque Progresista el 1.32%, cantidad
superior al 1.21% que evitó una impredecible segunda vuelta.
En su andanada, el único punto
luminoso que la articulista le reconoce al sistema de partidos es el programa
de alfabetización, en cuyo proyecto el PQDC tiene activos 500 núcleos en todo
el territorio nacional, pero estamos seguros que ese y otros hechos los
desconocen nuestros detractores que prefieren el prejuicio subjetivo.
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